Todo un mundo lleno de color.
Después de que los niños llegasen al aula contándonos que había un circo, porque habían observado los carteles publicitarios por el pueblo, recogimos su emoción y propuesta y así, nos pusimos manos a la obra para conseguir una pequeña visita a sus instalaciones.
Después de darnos el visto bueno y organizar la pequeña salida, el PAYASO POCHOLO apareció en nuestra Casa de Niños cantando y haciendo malabares, con lo que consiguió arrancar la sonrisa de todos los niños, la ilusión y ganas por visitar el lugar donde vive, su carpa de circo.
Y así, llegó el día de la visita, nos pusimos en marcha, caminando, caminando, hasta encontrar la gran carpa de circo que se había instalado en nuestro pueblo.
Allí, nos recibió el dueño del circo y pudimos sentarnos como espectadores especiales en los palcos y observar el lugar por donde aparecerán los diferentes miembros del circo para hacer las delicias de todos los asistentes en la sesión elegida para asistir con los papás.
¡Y grandes tigres, caballos, ponys y un burrito!
¡Qué pena! ¡Sólo nos faltó ver al especial Payaso Pocholo, pero aparecerá, aparecerá...!
¡Qué lo disfrutéis! ¡Y a reir, reir y reir!
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